martes, 29 de noviembre de 2016

Tres meses en el desierto y 10 horas en el mar para salvar a su hija autista

Una madre de una chica con autismo, aleta y medallista en los 100 metros lisos, recorrió el desierto y fue en patera diez horas por las aguas que separan Marruecos de Ceuta, para encontrar un tratamiento de mejora para su hija.
En África, a las personas con diversidad intelectual se les llama "niños serpiente" e intentan que no se las vea mucho porque estas personas son despreciadas por la sociedad.
Las personas con trastorno del espectro autista tienen complicaciones a la hora de tener relaciones sociales. Algunas personas logran comunicarse con gestos como la protagonista de esta historia.
La madre sueña con que su hija llegue a ser una aleta reconocida y que sea una más.
Una vez que llegó a Madrid, sin posibilidad de operar a su hija, ya que su economía no era flotante, pidió a la sociedad española que le ayudase para operarla. Al final pudo hacer su sueño realidad.
 

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