lunes, 7 de abril de 2014

ORGANIZAR BIEN NUESTRO TIEMPO

No debemos darle demasiada importancia a cosas innecesarias. Es un despilfarro de tiempo dedicarse a interpretar hechos poco relevantes o fijarse demasiado en sucesos negativos ya que esto hará que no pongamos atención en aquello que es necesario atender. Preocuparse demasiado por algunos nos llevará a dejar atrás aquello que requiera la intervención propia. La angustia que puede generarse por afligirnos por cosas sin importancia debería evitarse.
Deberíamos distribuir bien nuestro tiempo. Marcarnos un objetivo. Gestionar el tiempo para sacarle todo el partido que sea posible.  Perder el tiempo es malgastar parte de nuestra vida. Por ello hay que aprender a ordenar nuestra vida para utilizar a fondo cada minuto. El tiempo que tenemos vale mucho y no hay que desperdiciarlo en cosas superfluas.
Buscar el perfeccionismo es perder el tiempo. Para nada será útil ni bueno querer que en nuestra vida sea todo perfecto. Hay que pretender mejorar sin llegar a obsesionarse  en no fallar. Deberíamos disfrutar de cada pequeño avance para sentirnos felices. Sin exigir nada a la vida a cambio, ni empeñamos en no errar en nuestros proyectos. No buscar de forma inmediata la meta final.

Será bueno una comunicación con los demás, exponer sanamente los problemas que uno tiene y aprender de los errores de los demás. Mantener un silencio frío hacia los que nos rodean es algo insoportable y no es bueno refugiarnos bajo una fachada impenetrable. Hay que acotar los tiempos que uno pasa solo concentrado en sus problemas. A veces el simple hecho de pronunciar una palabra nos libera del martirio que tenemos dentro.