Cuando hacemos algo mal
repetidamente significa que nuestra
manera de analizar la realidad es errónea. Una
cosa es realizar una aceptación sana y otra poco recomendable es quedarse
completamente parado. Será mejor tratar de hacer
frente a los males que nos hayan tocado vivir de manera activa y afrontarlos con seguridad.
Si notamos que nos fijamos
repetidamente en las cosas malas deberíamos observarlas desde otra perspectiva.
Será una equivocación partir del miedo para tomar decisiones porque nos llevará
a cometer grandes errores. Es más constructivo potenciar la esperanza. Los acontecimientos
que vivimos nos pueden provocar tristeza pero no deben verse como una derrota
vital. A causa de fallos involuntarios que hayamos cometido no deberíamos
vernos cómo unos fracasados. Será más eficaz disponerse a corregir lo que nos
sea posible. Realizar monólogos desfavorables para uno mismo continuamente nos
llevará a auto-despreciarnos. Por ello cuando notemos que hemos cometido algún
error importante no deberíamos castigarnos.
No tener claro hacia dónde nos
dirigimos nos desviará de nuestros caminos. Por ello deberíamos aclarar nuestros
objetivos. Seamos razonables al marcarnos un camino.
MARIU