A lo largo de nuestra existencia suceden acontecimientos muy
diferentes que nos ofrecen conocimientos válidos para manejarnos bien en situaciones
posteriores. Podríamos describir nuestro paso por la vida como algo tragicómico,
donde alternan las alegrías y el dolor. Debemos perder el miedo a las
experiencias malas, ya que no tienen un
peso negativo en nuestra existencia sino todo lo contrario: debemos aprender de
ellas. Cuando el responsable de encontrarte
en un mal momento eres tú mismo no le des demasiadas vueltas: hay que buscar
soluciones analizando la situación de forma constructiva sin exagerar el
problema. Debes focalizar tu mente en los aspectos positivos.
Las
angustias, temores y miedos frecuentemente provienen de un análisis pesimista,
sin que intervenga el sentido común y la razón. Trata de recuperar la calma y
aprende a controlar el estrés. Lo que en un momento determinado puede parecerte
una fatalidad puede ser beneficioso si eres capaz de reinterpretar el suceso
como algo que te esta ayudando a crecer y desarrollarte como persona. Es
imprescindible estar abierto a experiencias nuevas, sin miedo a lo desconocido.
Hay que aprender tanto de los aciertos como de los errores .
Las situaciones novedosas te pueden proporcionar
el conocimiento que te va a permitir manejarte mejor por el mundo. Aprovecha
todas las oportunidades que te brinda la vida. Disfruta día a día llegando a ver
el futuro con una nueva mirada constructiva.