lunes, 14 de noviembre de 2016

MI INDEPENDENCIA EN LA FUNDACIÓN POLIBEA

Mi aventura de independizada comenzó el día 3 de julio de este año, cuando a mi padre le dio una fuerte arritmia y tuvo que ir a urgencias. Como lo dejaron ingresado y yo no iba a estar sola en casa, mis tíos hicieron gestiones para poder estar en la residencia de Polibea en Tres Cantos. Me llevaron a las 11 de la noche en un eurotaxi, y como para mí era desconocido el centro y por las circunstancias en las que se encontraba mi padre,  los primeros días los pasé bastante mal. Cuando le dieron el alta a mi padre y se pasó por Polibea, vi que estaba bastante bien y me tranquilicé un montón y desde entonces comencé a disfrutar del centro, de los residentes y del personal en general que trabaja allí.
También quiero decir que, dentro de la situación que se me planteo en Polibea, tuve la suerte de que era época de verano y había actividades de talleres y podíamos salir del recinto a dar paseos, a hacer excursiones, tomar algo en los bares cercanos o simplemente ir de compras al súper que hay cerca.
Estuvimos de excursión un día en Rascafría, en las piscinas naturales, lo pasamos estupendamente.
Me ha encantado la disposición que tienen hacia nosotros el personal empleado del centro, hasta ahora se han portado de maravilla, no solamente conmigo, sino con todos nosotros.
Para estar aquí hay que cumplir con unas normas que son para todos iguales, porque no siempre puedes hacer lo que quieras, las normas hay que cumplirlas.
La experiencia que estoy viviendo en Polibea de Tres Cantos, me está viniendo bien porque me doy cuenta de que me desenvuelvo muy  bien sin tanta protección  de mi padre.

Os animo a todos a que os independicéis porque está experiencia me ha hecho crecer un poquito más como persona y eso es muy bonito vivirlo.

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