Aquella persona que va por su
camino sin tener claro lo que persigue corre el peligro de malgastar gran parte
de su vida.
Deberíamos definir y tener claros
los propósitos personales. De esta manera, podremos diseñar un plan de acción
para actuar de una manera lógica. Y estos propósitos deben contener cosas
concretas y no metas demasiado generales o abstractas. No debemos confundir
sueños con metas razonables. Perseguir sueños inalcanzables nos llevarán a
fracasar y desilusionarnos. Evalúa bien lo que deseas lograr para no perder el
tiempo de tu vida en otras cosas.
Deberíamos saber darle a cada
cosa la importancia que tiene, y diferenciar aquellas que solamente son
superfluas de las que tienen relevancia, para centrarnos en cosas necesarias y
obviar las secundarias. Y mantenernos motivados únicamente para aquello que sea
realmente importante. Para lo demás se requerirá algo menos de energía.
Como requisito para lograr
aquello tras lo que vamos se encuentra el de confiar plenamente en los propios
recursos. Y entregarnos a conseguir nuestras metas con persistencia. Será bueno
marcarse una serie de objetivos cada día al levantarse.
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