Centrarnos demasiado tanto en
nuestra persona dejando de lado a los demás es algo que nos llevará a ser
arrogantes. Además así nos olvidaremos de los demás seres queridos. Hay que
buscar lo mejor para nosotros sin dejar nunca de lado a los demás. El mundo no existe
sólo para nosotros. El amor propio debería establecerse sin dejar de lado a los
otros. No hay que infravalorarse pero tampoco quererse de más. Nuestra
autoestima no debe desarrollarse sin contar con la de los demás, sin tener en
cuenta a los otros.
En el termómetro de nuestro
autoconcepto habrá que considerar aquello que los demás piensen de nosotros. Esto
implica tener en cuenta la opinión de los demás sobre todas las cosas que
hacemos, sin que esto nos condicione en exceso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario