lunes, 19 de mayo de 2014

Abrirse a los demás conservando nuestra intimidad

No deberíamos ser demasiado introvertidos ni convertirnos en cajas cerradas por miedo a que los demás se rían de nosotros. Tampoco es bueno guardar dentro de uno mismo todo lo que nos preocupe sino que debemos compartirlo con nuestro círculo de amistades. Si la soledad se convierte en algo crónico deberíamos plantearnos si eso es conveniente. En general es bueno saber abrirse ante los demás y no ser extremadamente reservados. Es bueno saber compartir intereses y preocupaciones propias. Aislarse demasiado nos llevará a convertirnos en seres extremadamente cerrados. Hay que buscar esas compañías que nos enriquecen a nivel personal y nos permiten ampliar nuestra manera de ver la vida.
El hecho de que cada ser humano sea diferente puede beneficiarnos. Cada uno de nosotros tiene una forma distinta de afrontar las situaciones, y esto puede ayudarnos a observar la realidad desde otros puntos de vista, por ejemplo, a ser menos idealistas o menos pesimistas. No hay que limitarse a lo que ven nuestros propios ojos sino que a veces hay que tener en cuenta los de los demás.

Sin embargo, hay una pequeña parte de nuestra vida que es únicamente propia. Tampoco hay depender exclusivamente de los demás para tomar decisiones. Reflexiona sobre qué aspectos de tu vida deberían ser solo personales. Ten en cuenta la opinión de los demás pero ten tú las riendas de tu vida.

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