No es bueno disgustarse en exceso
cuando algo nos vaya mal. Lo último que debemos hacer es reaccionar con rabia. Responder
a las situaciones o a otras personas cuando estemos excesivamente enfadados nos
llevará a actuar de forma ilógica. Por lo tanto, debemos frenar la explosión nerviosa
que tengamos.
Que no te saque nadie ni nada de
tus casillas, trata de reducir tus nervios. Que la ansiedad no te descontrole a
la hora de manejar tu vida. Trata de alcanzar la mayor tranquilidad que puedas.
La calma te ayudará a resolver todas las situaciones. Sosegarnos nos ayudará a
pensar con más raciocinio, y a frenar las ideas ilógicas que surgen en momentos
de estrés, que nos llevan a verlo todo malo.
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