Cuando tengamos que tomar una
decisión lo peor que podemos hacer es encerrarnos en la duda. Esta dificultad
en la toma de decisiones refleja miedo o falta de autoconfianza.

También el temor a equivocarse
nos puede llevar a la indecisión. Es algo infantil ser demasiado indeciso por
miedo a cometer un error. Para reducir este miedo podemos intentar trivializar
las posibles consecuencias malas que tengamos en nuestra imaginación. Procuremos
tener verdadera seguridad en nosotros mismos a la hora de tomar decisiones.
Una auténtica seguridad en uno
mismo no implica negar las propias limitaciones ni tampoco creer que vamos a
poder con todo. La seguridad se obtiene entre otras cosas a partir de aceptarse
y quererse tanto con los éxitos como con los fracasos. Cuando la duda en uno
mismo es algo permanente y por ello no pasamos a la acción deberíamos fiarnos
más de nuestros criterios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario