La forma de ver las propias experiencias
influye en nuestro aprendizaje.
Es un error llenarnos de
pensamientos negativos o bloquearnos cuando nos ocurra algún imprevisto. En
otras palabras, en la vida las cosas son frías o calientes en base a nuestro
punto de vista. Incluso los golpes más fuertes que recibamos podrán proporcionarnos
algún beneficio. Hay que tener en cuenta que las adversidades podrán ser
oportunidades para ir a mejor. Tratemos de poner freno a interpretarlo todo
negativamente. En su lugar, debemos extraer la parte positiva del hecho y reinterpretar
el pasado. Para ello tendríamos que analizar qué nos ha aportado dicha
adversidad. Algo que en principio te esté afligiendo en un futuro podrá
servirte cómo ayuda. Una desgracia puede ser algo beneficioso si la miramos
como algo que está corrigiendo nuestro rumbo.
Podemos extraer conocimientos
absolutamente novedosos para nosotros también de asuntos que parecen poco
relevantes. Hay que estar dispuestos a dirigirnos hacia nuestras metas con los
ojos bien abiertos. Gracias a hechos que parezcan poco importantes uno podrá
llegar a superar carencias de conocimiento importantes. En nuestro día a día la
vida se convertirá en una gran maestra si sabemos captar sus enseñanzas. Las
metas personales habrá que perseguirlas mezclando la ilusión, anhelo,
entusiasmo y sin dejar de lado las cosas que en principio parecen superfluas.
Por ello aunque nos de miedo
tendríamos que explorar lo desconocido de vez en cuando. Aunque con cautela, no
deberíamos perdernos conocimientos y experiencias nuevas que cada día pasan a
nuestro alrededor. Para encarar la vida deberías tener una actitud abierta a
nuevos elementos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario