lunes, 24 de febrero de 2014

EQUILIBRIO ENTRE INTUICIÓN Y RAZÓN

Lo que debería dirigir nuestra conducta es aquello que razonemos y no hay que dejarse llevar por la impresión ni presentimientos que tengamos.
Hay que tomar distancia emocional para actuar de una manera razonable. De hecho, nos limitará bastante orientarnos por  prejuicios ni ideas preconcebidas. Para comportarnos de una manera sabia hemos de pensar incluso a veces detenidamente las cosas. Nuestro instinto nos ayuda a veces a sobrevivir pero en otros casos nos aleja de buenas oportunidades. Las cosas que han sido bien pensadas y razonadas nos llevarán por un buen camino. El hecho de dejarse llevar por las corazonadas sin pensar detenidamente las cosas hará que nos equivoquemos. Sin dejar de lado las emociones, no debemos dejarnos llevar únicamente por el corazón. Procuremos hacer un análisis y buscar un equilibrio entre la intuición y la razón sin precipitarnos innecesariamente.  

Si reflexionamos podremos contemplar los problemas siempre con diferentes ópticas. De esta forma estimularemos nuestra creatividad, talento escaso, pero que hay que tratar de desarrollar. Es bueno embarcarse a los propios proyectos desde una perspectiva diferente a la habitual.  No nos encadenemos a una única forma de ver la vida sino tratemos de percibir otras distintas.  

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