Para lograr una mejoría personal resulta
imprescindible realizar voluntariamente un examen personal tanto de nuestras
virtudes como de nuestros defectos. Mediante este análisis o tarea de
introspección adquirimos la capacidad de observarnos a nosotros mismos y lograr
conocernos muy bien.
Una buena parte de este proceso
consiste en tener una conversación con uno mismo para saber como pensamos y
actuamos en determinadas circunstancias, algo que nos será de ayuda para muchas
cosas. En esa tarea exhaustiva de introspección será imprescindible una
observación interna de forma objetiva y realista. Para ello es preciso tener
una actitud abierta y realizar un gran esfuerzo. El ingrediente fundamental
para realizar este examen de forma correcta es la relajación.
Gran
parte de nuestra auto-evaluación consiste en identificar los defectos propios,
pero nunca con el fin de auto-reprocharnos, sino para conocer los rasgos
personales que nos conviene variar o corregir. Debemos construir nuestro
autoconcepto sin ser demasiado duros con nuestros defectos. Hay que ser cariñosos con uno mismo en
nuestros fallos.
A veces puede ocurrit que te des cuenta de que es necesario enfocar tu vida de otra manera
diferente a cómo lo estás haciendo. Entonces no has de enfadarte contigo mismo sino
buscar nuevos recursos de supervivencia. Al igual que analizamos nuestros
fallos, también debemos encontrar nuestras virtudes que nos permitirán realizar
los cambios oportunos.
Eres el dueño de tu propio destino, y debes
aprender de tus inseguridades y errores y aprovechar tus habilidades. Si has de
llorar, hazlo y acepta tus debilidades.
No hay comentarios:
Publicar un comentario