lunes, 12 de marzo de 2012

MUNDO EMOCIONAL AMBIVALENTE

     En muchas ocasiones existe una disonancia entre la realidad y nuestro mundo emocional, ya que existen momentos en las que nos suceden determinados acontecimientos pero los sentimientos que presentamos reflejan inmadurez y nos distancian emocionalmente de ellos. Por ejemplo, podemos experimentar como consecuencia de un suceso triste, o porque interpretemos como triste una experiencia positiva. De esta manera, suceden acontecimientos alegres que producen en nosotros emociones asociadas a experiencias de peligro, provocando una lucha entre el amor y el odio que producirá en nuestro interior sentimientos de felicidad, tristeza o neutros. Un suceso no es bueno ni malo en sí mismo, sino que depende de tu punto de vista, de cómo lo interpretes.       
Por eso a veces, presentamos inconscientemente un tipo de conductas defensivas, por ejemplo, rechazar una actividad que sabemos racionalmente que nos beneficia por un estado de ánimo transitorio de inmadurez emocional. En alguna ocasión todas las personas presentan sentimientos contrapuestos (frustración y alegría simultáneamente), sin haber ningún motivo específico aparente. En esos momentos no tenemos claro el modo en el que enfrentarnos correctamente a las situaciones que se nos plantean. En esos instantes vitales debemos ser lo más racionales posibles, y no dejarnos arrastrar por sentimientos negativos. En lo más profundo de nuestro corazón se hace necesario controlar la situación y reconducir la manera de actuar para equilibrar nuestra vida. Hay que mantener la calma de manera que podamos vencer, ignorar momentáneamente las amenazas y poner en marcha nuestra creatividad para lograr reaccionar lógicamente a dichas situaciones conflictivas. Hay que reconducir nuestra energía en comportamientos útiles y adaptativos. Y asumir que el presente depende fundamentalmente de nosotros y por lo tanto la esperanza depende de una lectura positiva de este presente. Esto implica que nuestras emociones como el miedo, la ira, la alegría o la tristeza no han de controlarnos, hemos de mantener la calma para pensar con claridad y buscar un solución a la situación en su justa medida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario