Para construir nuestra vida es conveniente valorar la
realidad con firmeza antes de actuar. La manera de interpretar las cosas tiene
mucha influencia en cómo nos comportemos ante ellas. Debe existir cierta
coherencia entre cómo pensamos, interpretamos las cosas y finalmente actuamos. Es
importante la valoración que hagamos de la realidad. Los reveses de la vida
deberíamos interpretarlos como algo que podría ayudarnos. Es decir, lo malo
puede cambiar de sentido si lo concebimos como oportunidad para renovar nuestra
vida. Hay que estar en buena disposición para aprender de todas las
experiencias que vivimos.
Es importante no obsesionarse demasiado ni preocuparse
innecesariamente, pasar demasiado tiempo pensando en lo mismo. Para nada solucionaremos antes o mejor nuestros
problemas en base a “comernos el coco“.
Es más, probablemente será todo lo contrario y lleguemos a paralizarnos a causa
de pensar excesivamente y de forma exclusiva en ellos, haciéndonos llegar a conclusiones
absurdas. Hay que saber separar lo importante y necesario de lo secundario. Hay
que aprender a relajarse y a utilizar cuando sea conveniente frases calmantes. Establezcamos
el tiempo oportuno para pensar en nuestros problemas y para nada lo hagamos en
exceso. Aprende a dar un esquinazo a angustias innecesarias.
Cuando uno se dirige hacia una meta habrá de perseguirla añadiendo
al esfuerzo el sentido del humor. De esta manera, será capaz de esforzarse y
disfrutar de sus persecuciones. A esto deberíamos añadir una gran autoconfianza
al ir tras algo deseado.
Finalmente, deberías tratar de darte oportunidades buenas. Aprovechar
las cosas nuevas que surjan en tu camino. En la vida se aprende de todo, pero
hay que disponerse a ello.
Nuestro futuro irá mejor en base a
buscar la felicidad cada día, en cada acción y en cada momento. Uno de los
motivos para vivir se encuentra en no desesperarnos ni rendirnos ante las
experiencias negativas que experimentemos. Deberíamos motivarnos para
sobrevivir en base a tratar de superar nuestros infortunios con ganas e
ilusión. Para luchar con el fin de vencer terribles males o simples problemas
diarios es necesario impulsarnos para continuar con ilusión y alegría. Una
poderosa fuerza de supervivencia puede obtenerse de nunca perder absolutamente
la ilusión ni dejar de luchar con fuerza. Una manera sencilla de sobrevivir
consiste en convertirnos en luchadores incansables en nuestras malas
situaciones.
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